Sabidruía y Fe Infantil
¿No es sorprendente la facilidad con la que los niños creen inocentemente las cosas que les dicen? Hacen preguntas constantemente, buscando aprender lo que es verdad, y creen lo que se les dice, al menos hasta que años de interactuar con otros pecadores en un mundo caído les haga dudar y cuestionar incluso lo que se les dice. Como la repentina conciencia del pecado de Adán y Eva al comer del Árbol Del Conocimiento Del Bien Y El Mal, todos llegamos a una edad en la que la fe es menos natural y la vida pierde algo de su magia.
Considero un privilegio increíble que el Señor comenzó a enseñarme Sus verdades e impresionarme Su bondad en mí a una edad temprana, una edad en la que simplemente acepté estas cosas como verdad y no las cuestioné.
Recuerdo una noche cuando tenía alrededor de 7 años, cuando me enteré de la existencia de un poder místico llamado sabiduría y de la increíble gracia de Dios al ofrecérselo a cada uno de nosotros. Para nuestro tiempo de devoción familiar esta noche, mi papá nos leyó de 1 Reyes 3-4 sobre cuando Salomón pidió sabiduría y Dios lo convirtió en el hombre más sabio que jamás haya vivido o viviría.
Pero una noche en que Salomón dormía en Gabaón, el Señor se le apareció en sueños y le dijo: «Pídeme lo que quieras que yo te conceda.»
Entonces Salomón dijo…. Yo te pido que me des un corazón con mucho entendimiento para gobernar a tu pueblo y para discenir entre lo bueno y lo malo. Porque ¿quién es capaz de gobernar a este pueblo tan grande?»
Al Señor le agradó la petición de Salomón. Entonces le dijo:«Puesto que me has pedido esto, y no una larga vida ni muchas riquezas, ni tampoco pediste vengarte de tus enemigos, sino que pediste inteligencia para saber escuchar, voy a hacer lo que me has pedido. Voy a darte un corazón sabio y sensible, como nadie lo ha tenido antes ni lo tendrá después de ti. ~ 1 Reyes 3:5-6a y 9-12
Esto me intrigó. En primer lugar, me gustó mucho el sonido de “Pídeme lo que quieras,” y tuve que preguntarme si Dios realmente le habría dado cualquier cosa a Salomón, o si fue solo porque pidió sabiduría. Pero la sabiduría incomparable con la que la Biblia dice que se le concedió a Salomón también despertó mi interés. Por mucho que lo intenté, no podía envolver mi cerebro en el concepto de una sabiduría que realmente podría ser más grande que cualquier sabiduría de cualquiera que alguna vez viviera.
Sin embargo, el ejemplo del capítulo tres de la sabia decisión de Salomón en el caso de las dos mujeres y el bebé fue prueba suficiente en mi mente, de que Salomón realmente poseía la sabiduría más grande de todos. Y, por supuesto, siempre me habían enseñado que si la Biblia lo decía, entonces era verdad. Nunca había tenido motivos para dudar de eso.
Cuando mi padre terminó de explicarnos a mi hermana menor y a mí las ocurrencias de estos capítulos en 1 Reyes, continuó diciendo que nosotros también podíamos pedirle sabiduría a Dios, y que si realmente la buscáramos, Él nos la daría. (concedido, no sería una sabiduría tan grande como la que poseía Salomón). De hecho, dijo, Dios quería que le pidiéramos sabiduría. Así que cuando terminó nuestro tiempo devocional, yo encontré un lugar tranquilo en la casa por la chimenea y con tanta reverencia como mis siete años me habían enseñado a transmitir, le pedí a Dios que me diera sabiduría.
Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche. Pero tiene que pedir con fe y sin dudar nada, porque el que duda es como las olas del mar, que el viento agita y lleva de un lado a otro. Quien sea así, no piense que recibirá del Señor cosa alguna. ~ Santiago 1:5-7
¿Recuerdas una época en la que eras niño cuando creías en las cosas más fácilmente? ¿Qué Le pediría a Dios si le pidiera lo que desea?
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