Soledad Y Realización

Durante mis dos últimos años de secundaria, experimenté algo de soledad. Trabajé duro en mis tareas escolar para sacar buenas notas para poder obtener una beca universitaria. También trabajé a tiempo parcial en un supermercado para ahorrar dinero para un automóvil. Mi hermana y yo compartimos un una linda amiga, con la que a menudo pasamos tiempo, pero yo anhelaba un amiga que fuera solo mío, alguien que me entendiera y que no tuviera que compartir con nadie más.

Sentí que no encajaba muy bien con los otros jóvenes con los que interactuaba en la escuela, el trabajo o la iglesia. La mayoría de las chicas parecían más interesadas en hablar sobre los chicos y las últimas estrellas del pop en vez de sobre los tipos de diversión que yo disfrutaba.

Muchos en mi situación habrían buscado un enamorado para llenar el vacío, pero yo estaba convencido de que probablemente esto no era lo que Dios tenía para mí en ese momento. Siempre me habían enseñado que el propósito de salir con alguien debería ser descubrir si Dios me estaba llamando a casarme con él, y como estudiante de secundaria, ciertamente no estaba lista para pensar en el matrimonio todavía. Además, nunca había conocido a un chico que pareciera alguien con quien el Señor me llevaría a casarme.

Siempre había compartido un cuarto con mi hermanita y, dado el tamaño de nuestra familia (ya tenía 4 hermanas menores en este momento) la soledad no siempre era fácil de encontrar en nuestra casa, por lo que a menudo la buscaba afuera en un columpio detrás de nuestra casa. Había comprado un reproductor de CD para mi cumpleaños número 15, y a menudo lo llevaba afuera y escuchaba música de adoración mientras imaginaba el cielo. Anhelaba el cielo porque parecía la respuesta definitiva a mi soledad. Sabía que ningún amigo o esposo terrenal jamás podría satisfacer completamente mi deseo de compañía, porque estaba diseñado para anhelar a Dios y solo Él podía llenar el vacío por completo.

“A mí me bastará con ver tu rostro de justicia; ¡satisfecho estaré al despertar y contemplarte!” Salmos 17:15

He llegado a ver la soledad como una de las mayores herramientas de Dios para empujarnos hacia Él. Creo que Él está celoso de mí y deseaba que me relacionara con Él, por lo que estuvo dispuesto a permitirme un poco de descontento por el bien de avanzar en mi camino hacia encontrarlo como un Amigo fiel y siempre presente.

“Hay amigos que no son amigos, y hay amigos que son más que hermanos.” Proverbios 18:24

He seguido luchando contra la soledad de forma intermitente como adulta. Honestamente, creo que todos los humanos lo hacemos. Porque fuimos creados para vivir plenamente como seres espirituales en intimidad con el más grande de los seres espirituales, nuestro Dios Creador, y sin embargo, el pecado trabaja constantemente para convencernos de que la satisfacción es posible y más fácil a través de las relaciones humanas, las posesiones, el éxito, etc. Perseguimos estas cosas con tanta fuerza porque anhelamos TAN DESESPERADAMENTE ser plenamente conocidos y valorados.

“Ser amado pero no conocido es consolador, pero superficial. Ser conocido y no amado es nuestro miedo más grande. Pero ser completamente conocido y sinceramente amado es en verdad como ser amado por Dios. Y es lo que necesitamos más que cualquier cosa. Nos libera de la pretensión, nos humilla de nuestra justicia propia y nos fortalece para cualquier dificultad que la vida nos pueda presentar.” - Timothy Keller

Entonces, cuando lucho con la soledad, sé que mi primera respuesta debería ser buscar tiempo de calidad con Dios. Luego, descansando en Su pleno amor y aprobación, puedo dar pasos de fe hacia la relación con mis hermanos en Cristo. Junto a mi familia espiritual, formamos un organismo espiritual que crece y prospera mejor juntos, a través de la interacción constante y la búsqueda mutua de nuestro Padre Dios.

“De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” Efesios 4:16