Toda La Vida Es Espiritual

Amigos en Cusco, me parece que su cultura tiene una mejor comprensión de la coherencia de lo sagrado y lo secular que mi propia cultura. Mi propia cultura tiende a separar las cosas de Dios de “todo lo demás,” pero ustedes reconocen que toda la vida es espiritual, buscando honrar a sus dioses no solo en la iglesia, sino también en el trabajo, en las escuelas, en las tiendas, en sus vehículos, y en cada evento público—una vez más, un hermoso resultado de su profundo compromiso con la adoración y un reflejo de los buenos planes de Dios que obran en ustedes. La palabra de Dios alienta adoración omnipresente en toda la vida, diciendo:

Y todo lo que hagan, ya sea de palabra o de hecho, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él. Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente, porque ya saben que el Señor les dará la herencia como recompensa, pues ustedes sirven a Cristo el Señor. ~ Colosenses 3:17;23-24

Cuando yo era niña, sabía que ser un seguidor de Cristo significaba más que solo ir a la iglesia los domingos, porque mis padres también hablaban de Dios en casa durante la semana. Sabía que vivíamos de cierta manera porque éramos seguidores de Jesús. Sabía (bastante bien) que mis padres me disciplinaban cuando desobedecía porque Dios instruye a los padres a hacerlo. Entrenarme para vivir de cierta manera era importante, no solo porque querían que me comportara, sino porque yo le pertenecía a Dios y mi historia era importante para Él.

Como padre, siempre estoy buscando cómo hacer un mejor trabajo demostrando esta realidad ante mis hijos: toda la vida es espiritual. Una de mis citas favoritas habla de esta verdad:

"No hay evento tan común que no sea Dios presente en él, siempre a escondidas, siempre dejándote espacio para reconocerlo o no ... porque en última instancia todos los momentos son momentos clave, y la vida misma es gracia". ~ Frederic Buechner

Quiero que mis hijos sepan que cada momento de la vida es un momento en el que Dios está presente con ellos y donde pueden elegir reconocerlo o no. En todo momento pueden elegir vivir de acuerdo con los atributos de Su reino, o pueden elegir vivir por sí mismos. No hay momento en la vida que no importe. Cada momento es un regalo de gracia de nuestro Padre Celestial en el que podemos someternos a Su gobierno y demostrar ante la humanidad y el reino espiritual que Él es rey y que estamos con Él.

Sospecho que algún día nos daremos cuenta de lo importantes que fueron realmente algunos de nuestros momentos "triviales" o "mundanos" en la vida ... Oro y deseo fervientemente aprender a relajarme lo suficiente como para reconocer a mi Salvador con más regularidad y ver Sus invitaciones hacia el amor, la paciencia, el gozo, la generosidad, la bondad—Sus invitaciones a participar en el reino de los cielos ahora mismo.